miércoles, mayo 05, 2010

Editorial (en serio) "¿De qué nos van a intentar convencer la próxima vez?"

Este blog siempre me ha permitido expresar las ideas que alegran tanto mi alma que generan en mí el intenso deseo de compartirlas con los demás.

Pero en este caso quiero expresarte unas ideas sobre un tema que me entristece sobremanera.

  • Todos tenemos debilidades.
  • Debemos saber diferenciar entre nuestras debilidades y nuestras características.
  • Las debilidades, si cedemos a ellas, nos dañan a nosotros, y a la Sociedad.
  • Es nuestra responsabilidad luchar día a día contra nuestras debilidades. No es una elección, ni una opción.
  • Luchar contra las debilidades nos requiere esfuerzo, sacrificio, abnegación, templanza, y a veces nos produce mucho dolor. (Al igual que la mayoría de las cosas que valen la pena en este Mundo).
  • Luchar contra las debilidades es lo que nos hace progresar individualmente como Seres Humanos, y en conjunto como Humanidad.
  • Es un gravísimo error definirnos por nuestras debilidades.
  • Si nos definimos por nuestras debilidades, dejamos de luchar, y ya perdimos la batalla.
  • Si dejamos de luchar, desalentamos y debilitamos a quienes continúan luchando.
  • Si no podemos luchar solos contra nuestras debilidades debemos pedir ayuda.
  • Tenemos la responsabilidad de ayudarnos unos a otros en la lucha contra nuestras debilidades, pero no de aceptarlas, y aún menos de ensalzarlas.
  • Nuestras debilidades no nos convierten en minorías.
  • Nuestras debilidades no nos generan derechos.
  • Presentar una falsedad como verdad muchas veces puede convencer a todos, pero no la convierte en una verdad.

Lo anterior se aplica a las personas que tiene debilidad por comer en exceso, por la zoofilia, por apropiarse de lo ajeno, por mentir, por no estudiar, por la pedofilia, por no trabajar, por el maltrato familiar, por el alcohol, por los juegos de azar, por dormir en exceso, por la pornografía, por la avaricia, por el adulterio, por...

Por último. Sé de lo que hablo. Yo también sufro por mis debilidades. Algunas creo que son evidentes, y otras quizás no tanto. Cada día de mi vida lucho y me esfuerzo por no ceder a ellas. Lo hago por mí, por mi familia, y por vos.

Sé que vos también tenés tus debilidades. Si vas a luchar contra ellas, aquí tenés a un compañero que va a hacer lo que pueda por ayudarte. Si vas a ceder a ellas, o incluso levantarlas como una bandera, no me queda más que entristecerme por vos, por mí, y por nuestra Sociedad.

Espero que, por esta vez, lo que digo no te cause gracia.