Las solapas de Tenutta...

Advertencia: El siguiente posteo puede agitar la susceptibilidad de los fanáticos irracionales y totalmente carentes de sentido del humor del libro analizado. Para ellos, en lugar de la lectura del presente posteo les recomendamos visitar el siguiente link: Uy qué lindos los Hobbits, cómo me gustaría ser un Hobbit, yo quiero un anillo.


El Señor de los Anillos
J.R.R.R.R.Tolkien (alias "¿Tol-quién?")

Frodo Bolsón es una especie
de diminuto y peludo animalejo
antropomorfo, con quien el
autor espera que nos sintamos
identificados. Este homúnculo
vive en un extraño mundo de
fantasía surgido de la febril
(y algo enfermiza) imaginación
del autor. Dicho mundo tiene
su propia geografía... historia,
linguística, y hasta geopolítica,
disciplinas que el autor exigirá
que conozcamos al dedillo para
estar en condiciones de
entender aunque sea algo de
lo que pasa en la atrapante
historia. Bueno, volviendo
al bicho este, resulta ser que
acompañado de ciertas amistades
multi-raciales tiene que llevar un
cierto anillo a un cierto lugar,
por ciertas razones, y para lograrlo
pasa por un montón de ciertas
situaciones (obviamente, pues el
libro tiene como mil quinientas
páginas). Por ejemplo, en un
determinado momento aparecen
los Elfos, que son unos seres
que tienen el poder sobrenatural
de aburrir hasta el hastío. Más
adelante Frodo y sus compañeros
se encuentran con Orcos, Enanos,
Emos, Floggers, y finalmente
con unos tipos que mantienen
relaciones poco claras con los
equinos. Bueno, el tema es que
Frodo completa su misión, y
como no tienen nada más que
hacer se dedica a fundar
una cadena de heladerías.