(El escenario está en penumbras)
Voz en off: ¡Tango! Canción sufrida que emana de lo más hondo del ser atormentado.
¡Tango! Baile ineluctable de guapos y percantas.
¡¡Tango!! Pasión al dos por cuatro.
¡¡¡Tango!!! Eh… ¡¡¡¡Tango!!!!
(Luces. Juan Carlos a la derecha, y Roberto a la izquierda)
Juan Carlos: París de noche, Roberto… ¿Qué nos pasó? ¿Cómo llegamos hasta aquí?
Roberto: Llegamos en avión, Juan Carlos.
Juan Carlos: No, Roberto, es una pregunta retórica… (haciendo énfasis) "¿Qué nos pasó? ¿Cómo llegamos hasta aquí?"
Roberto: Ah, es una pregunta retórica… (haciendo el mismo énfasis) "Llegamos en avión, Juan Carlos"
Juan Carlos: No me entendiste, Roberto… además, no tenés que andar batiendo por ahí que llegamos en avión. Los verdaderos tangueros llegan a París en barco.
Roberto: ¡Pero París está a más de 150 Km. del mar!
Juan Carlos: Eso es lo de menos, Roberto, es una licencia poética… Vos tenés que decir algo así como: "Me acuerdo de mi llegada a París… estaba en la cubierta fumando un faso…"
Roberto: A ver, algo así…
Creí que dejando mi tierra
me libraba del entuerto
pero sentí que había muerto
cuando acodado en cubierta
vi esas luces inciertas
las tímidas luces… del aeropuerto
Juan Carlos: Dejalo ahí, Roberto… lo tuyo más que una licencia poética sería una licencia por enfermedad… Igual, lo que yo quería decir cuando dije "¿Cómo llegamos hasta aquí?" es que no sé si llegamos aquí por culpa de la ingratitud de las malas mujeres… del dolor de los tristes recuerdos… de la traición de los falsos amigos… o de la desocupación del 28.3%
Roberto: Yo vine huyendo de la inseguridad… en Buenos Aires, con tantos acreedores ya no me sentía seguro.
Juan Carlos: Buenos Aires… Roberto
Roberto: Buenos Aires… Juan Carlos… ¿La provincia o la ciudad?
Juan Carlos: La ciudad, Roberto, la ciudad…
Roberto: Ah, la ciudad… autónoma.
Juan Carlos: En fin… pero tenemos que aceptar la realidad. Estamos en París… "La suerte está echada".
Roberto: ¡Que se levante, Juan Carlos!
Juan Carlos: No, es latín, Roberto, "La suerte está echada", como dijo Julio César: "Alea jacta est".
Roberto: Ah, eh… "¡Levantatum!"
(se quedan ambos mirando el horizonte)
Roberto: Pero hay una cosa que yo no entiendo, Juan Carlos…
Juan Carlos: ¿Qué cosa, Roberto?
Roberto: ¿Lo que no entiendo es por qué me llamás Roberto, si yo no me llamo Roberto?
Juan Carlos: La culpa es de tus viejos… ¿Cómo te vinieron a llamar "Brian"?
Roberto: Tenés razón, Juan Carlos… Brian no es buen nombre para un tanguero… Pero vos podrías decirme "hermano".
Juan Carlos: Lo que pasa es que me cuesta decirte hermano, Roberto, por la diferencia de edad… Yo podría ser tu padre. A ver, decime… ¿Cómo se llama tu madre?
Roberto: Otilia Pernía…
Juan Carlos: ¿Otilia Pernía…? Ah, no, entonces no. Disculpame que te lo preguntara. Lo que pasa es que yo siempre he sido un colibrí que va de flor en flor… Por eso, a mí me llamaban, "El Coliflor"... digo, “El Picaflor”.
Roberto: Sí, te entiendo… porque yo también tenía mi fama… ¿Viste esa ópera "Don Juan, el burlador de Sevilla"? Bueno, a mí, en el rioba me decían, "Don Brian, el birlador de billeteras"
Juan Carlos: Tantos recuerdos…
Roberto: ¿Qué nos impide volver, Juan Carlos?
Juan Carlos: Volver… (Empieza a sonar el tango. Hacen señas al sonidista de que no)
(se apagan las luces)
lunes, enero 19, 2009
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4 comentarios:
Perdón por el cachetazo de realidad, pero...¿Y Brian Chambouleyron? es tanguero!
Otilia Pernía...algo que ver con el glorioso Vicente Pernia..multicampeon con Boca en los 70 y multimutilador de piernas contrarias?
Me hizo acordar al "Carlitos y Carlitos" de Les Luthiers.
Qué bueno es haber encontrado el comienzo de lo que sigue!
Esperesé tantito que ahora leo todo!
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