(Luces. Juan Carlos a la derecha, y Roberto a la izquierda. En la pared del fondo aparecen tres líneas verticales paralelas)
Roberto: Juan Carlos… Está muy bien que hayas estudiado música… tener estudios es muy importante. Yo, por ejemplo, por muchos años estudié letras. Y cuando llegué a la zeta empecé a estudiar los números, el uno… el do… (empieza a sonar el tango “Uno”, y hacen gesto como diciendo "me tenés cansado") el dos, el tres… el… eh… pero finalmente desistí porque eran demasiados.
Juan Carlos: Claro. No es fácil terminar los estudios. Yo, por ejemplo, tengo un amigo que estudiaba Derecho. Mucho tiempo estudió Derecho.
Roberto: ¿Y no se recibió?
Juan Carlos: No, pero le quedó una postura bárbara.
Roberto: Ah, ya que hablamos de estudios, yo una vez leí un libro… es un libro muy famoso, pero me llamó la atención que fuera tan corto.
Juan Carlos: ¿Cómo se llamaba el libro?
Roberto: "Las aventuras de Huckleberry… Finn"
Juan Carlos: Y… es conciso.
Roberto: Y pensar que la señorita Cristina, mi maestra de segundo grado, decía que con mi capacidad yo nunca iba a llegar lejos, decía. En realidad a mí nunca me lo dijo, pero yo igual me enteré... porque se lo decía a todos, se lo decía... a mis padres, a mis amigos,... a mis hijos… y hasta sacó una solicitada en el diario, sacó… Decía que yo nunca iba a llegar lejos, decía… ¡Mirá vos! Y yo ahora vivo en París, vivo, y ella no… no vive.
(Juan Carlos se persigna)
Roberto: Sin embargo, por mucho tiempo pensé que la señorita Cristina tenía razón porque yo fracasaba en todo lo que hacía…
Juan Carlos: Indefectible oráculo funesto…
Roberto: No, eso nunca probé… Pero fracasé en los estudios, fracasé en el juego… fracasé en el amor. Fracasaba en todo, hasta ese día en que me senté a escribir mi primer tango de éxito.
Juan Carlos: Y hasta en eso fracasaste.
Roberto: Sí… ¿Cómo sabías?... Los críticos, luego de escuchar mi tango dijeron que yo, más que artista, era artero... Luego de mi fracaso como compositor decidí probar como cantor… Yo quería cantar targo… pero no daba el target… Al final, en lo único en que nunca fracasé, fue en fracasar.
Juan Carlos: ¡Triste destino... los cantores argentinos!... Pero no hay que desanimarse… Por suerte uno siempre tiene a alguien que cree en uno… (empieza a sonar "La cumparsita") ¡En UNO!... La vieja ,por ejemplo…
Roberto: Sí,... la vieja… la vieja siempre creyó en mí. Ella me llamaba al lado de su lecho y me aconsejaba, me alentaba…
Juan Carlos: ¿Estaba muy enferma?
Roberto: No, era haragana, nomás. Pero un pan de Dios, la vieja. Siempre me decía que yo podía triunfar, que si realmente deseaba ser un artista podía llegar a serlo… que si me lo proponía… (suena el celular) ¿Hola? Sí, mamá… no, ahora no puedo… sí, sí… en el teat… esto también es un trabajo, mamá… sí, hay bastante gente… sí, la mayoría pagó entrada… sí mamá, ya dejé el curricu… esta mañana… que me iban a llamar, mamá… sí… no… no, mamá, no es un vago… es un actor como yo, mamá… bue... esta bie... no, mamá… si, medio kilo de pan mamá... sí, sí… listo. Chau mamá. (mirando a Juan Carlos) Era mamá... (guarda el celular)... Eh, disculpame, ¿en qué estábamos? (comienza a revisarse los bolsillos)
Juan Carlos: Yo en cambio a mi vieja ya no la tengo conmigo… La interné en un geriátrico a la vieja.
Roberto: Perdoname, una cosita… ¿no tendrás unos mangos que me prestes? Ando medio escasany…
Juan Carlos: ¡Cómo no! (le da unos billetes)
Roberto: Gracias, hermano, no esperaba menos de vos… (contando el dinero que le dio) Esperaba más.
(se apagan las luces)
jueves, enero 22, 2009
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1 comentario:
La señorita Cristina!! guiño guiño!
Che, y si se los pasás a The Bug paa que los hagan con el grupo de él en teatro? Posta, están muy buenos.
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