lunes, enero 26, 2009

Tangos Sosos - Escena 8 - Final

(Luces. Juan Carlos a la derecha, y Roberto a la izquierda. En la pared del fondo aparecen las mismas seis líneas verticales paralelas de la escena anterior)

Roberto: ¿Sabés lo que me llama la atención de acá? Que no me resulta difícil entender el francés….

Juan Carlos: Lo que pasa es que nosotros ya venimos preparados para hablar francés… Fijate el lunfardo, la cantidad de palabras que tiene que vienen del francés. Por ejemplo… "Chapó"… viene de "chapeaux ", sombrero. "Marroco"… de "marraqueta", pan. "Buyón"… de "buillón", caldo. "Marote"… de "marotte", cabeza de títere.

Roberto: ¿"Tualé"…?

Juan Carlos: …exacto. Viene de "toillete", baño.

Roberto: ¿"Pursan"…?

Juan Carlos: …de "pur sang", caballo pura sangre.

Roberto: ¿"Bulebú"…?

Juan Carlos: …de" voulez vous", que quiere decir "si usted quiere"... Inclusive el famoso "bulín"… viene de "boulín", agujero en la pared en el que anidan los pájaros.

Roberto: ¡Mirá vos!

Juan Carlos: … viene de "Mirabeau", héroe de la revolución francesa.

Roberto: Gran idioma el francés…

Juan Carlos: ¿Vistes?, es un idioma con clase. Vos fijate que allá eras un “chorro”, un "punga", en el mejor de los casos, un "descuidista". En cambio acá sos un "voleur à la tire"… Parece un título nobiliario.

Roberto: Si, la verdad es que hacen lindos muebles.

Juan Carlos: No, mobiliario no. Nobiliario, con ene.

Roberto: Ah… hacen lindos "nuebles"… ese "Luis, el borracho", el otro “Luis, la niña bonita"

Juan Carlos: ¿Eh?

Roberto: Luis 14, Luis 15… qué querés que te diga, acá habrá mucho "Rococó", mucho "Art Noveau", pero yo extraño las sencillas mesas del café del rioba… extraño a los muchachos… (mirando a Juan Carlos, y recordando lo del baile) ¡y a las minas, claro! Extraño el café… la humedad… El “café La Humedad”… tantas lecciones… tantas anécdotas…

(Comienza tango Café la Humedad o Cafetín de Buenos Aires, los primeros acordes y letra, baja sonido de a poco. Se quedan mirando al horizonte, recordando)

Roberto: ¿Te acordás de aquella vez en que entró ese gilún al café?... con aires de compadrito…. cruzamos un par de palabras… y ahí nomás pelé el facón.

(Luces. Coreografía de una lucha con cuchillos con música de Piazzolla. Finaliza cuando Juan Carlos deja la coreografía. Se para la música, como si la actitud de Juan Carlos no fuera parte de la obra. Roberto trata de detenerlo, Juan Carlos lo esquiva y se dirige al público mostrando el cuchillo)

(Luces de sala)

Juan Carlos: Damas y caballeros, les pido un momento de su amable atención para ofrecerles, directamente de fábrica, este artículo de uso esencial, tanto para la cartera de la dama como para la cintura del caballero. (baja del escenario)
Como han podido apreciar, después de una pelea de guapos el artículo todavía conserva el filo del primer día.
Este instrumento de corte de precisión, ha sido fabricado con puro acero alemán, garantizando cicatrices y ensaladas perfectas, puede utilizarse también como elemento de tocador: depilador de vello, mondadientes, limpiador de uñas o afeitador inalámbrico, tal como mi compañero les demuestra en este preciso momento (Roberto mira sin hacer nada)
Artículos similares al que hoy les ofrecemos, los pueden encontrar en los comercios del ramo por sumas que rondan entre los $50 y $100, pero en esta oportunidad, (de vuelta en el escenario) por ser una oferta directamente de fábrica, llega hasta ustedes por la módica suma de ocho pesitos el juego completo solamente… una bicoca… y por si esto fuera poco, les entregamos de regalo el famoso best seller "900 recetas sencillas para el guapo del 900" (le da un ejemplar a Roberto)… un libro imperdible.


(Se apagan luces de sala)

(Luz a Roberto)

Roberto: Puro grupo… el libro "imperdible" lo perdí al día siguiente, en una ronda de truco.

(Luces)

Juan Carlos: La vida es injusta… Roberto.

Roberto: Cómo me gustaría volver a Buenos Aires… ¿Qué nos impide volver, Juan Carlos?

Juan Carlos: No sé…

Roberto: (incitándolo) ¡Dale, dale que todavía no apagaron las luces!

(Recitado)

Juan Carlos: No sé si son los recuerdos…
Lo que nos impide volver…
O los prejuicios infundados
de infames magistrados
que atormentan nuestro ser.

Roberto: O por ahí es la pena.
La que no nos deja volver.
Que nos tiene en suspenso
desamparados, indefensos
sin amor, y sin querer

Juan Carlos: Quizás sea nuestra condena
La que no nos deja volver
Y aunque parezca injusto
Nos agarraron justo.
¡Qué le vamos a hacer!

(Roberto se da vuelta y dibuja una línea tachando las seis que hay en el fondo)

Roberto: Tal vez sea por los perros
Que no podemos volver
O tal vez los guardias armados
O el perímetro alambrado…

Juan Carlos: Con púas, electrificado…
Vigilado, y minado…
Imposible de trasponer.

Ambos: Son los barrotes de la celda
Los que no nos dejan volver.
Y si ninguno nos arrima
una sierra o una lima.
En cana vamos a encanecer.

(Apagón)
CASI FIN

(Se prenden las luces del salón)

Voz en off: (Con tono autoritario) Terminado el espectáculo los internos que se encuentran en el patio se dirigirán, en absoluto silencio y orden, a sus respectivas celdas.

FIN

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Clap clap clap!
Me encantó.
Otra! Otra!

Paula dijo...

clap clap clap clap clap clap clap etc.!

Sinior, epselente. Insisto, páseselo al Fer para que lo hagan en Rosario. Hasta capaz que se nos vuelve cantor, el sujeto!

Anónimo dijo...

en dos palabras: ex ce len te!